marta coleccionaba las valijitas de juliana pero ahora tiene una fábrica de acondicionadores. con eso alcanza. le gusta tardar semanas en bañarse, prender la ducha y poner el tapón para mirar el contraste entre el agua negra y la espuma. me admitió que fue ella la que desenroscó la ducha de casa para poder sentir el chorro violento que le agujerea la cabeza. se quema la cabeza marta. a veces prende el agua hirviendo sólo para ver cómo se ponen de rojos sus pies. marta, vení a casa pero bien marta. necesito que no lo hagas nunca más. es un ojo terrible el de la webcam.
me gusta cuando te dormís con la toalla en la cabeza. tenés ese capricho de la toalla de color en el cuerpo y la blanca en la cabeza. marta usa la toalla como capa, no se la pone como vestido, haciendo ese nudito que siempre siempre se desenrosca, qué histéricas son marta… vos en cambio te secás rápido y te paseás por casa así, solamente con la toalla blanca.
marta ¿vas a volver?
marta ¿por qué no me acondicionás a mí?
te gusta ir acercando tus manos de a poco, ir pegando palma con palma, ir viendo cómo se pega la piel, ir cómo se hacen una esas tus manos tan simétricas. en cambio los dedos rechazándose, hasta que te duele y tenés que parar. le gusta decir mimbre y olerse después de bañarse. en esos momentos diferentes hace las dos cosas al mismo tiempo. cómo en el verano, ¿viste? todo en un mismo día…
marta escucha sus pasos cuando se va y escupe cuando la comida no le gusta o le falta sal. no es maleducada solamente no lo puede evitar. ah, además odia cuando hay canciones sin cantantes, la aburre a marta. es que no le gusta la música le gusta la letra. la mata a marta eso.
marta te acordás cuando ibamos a los museos solamente para que nos miren, piensen: como yo, les gusta musear. mentíamos marta. desconfiabas de todo aquel que tuviera blanco entre la parte de arriba del ojo y el párpado. ‘locos’, me decías. le gusta empezar los crucigramas poniendo las eses cada vez que dice pl.
y con los ataques…
ella de vez en cuando entraba a golpearse el pecho ¿cómo? con un puño a la vez empezaba despacio despacio uno dos uno dos uno pero después tomaba ritmo. quería filmarte con la webcam. se lastimaba. a veces tenías moretones. de fondo se escuchaba la música de fondo mal, se escuchaba mal. no por sintonizar, alguien subía el volumen y se salía de sus auriculares. ¿cómo se llamaba? ah, marta, marta. después decías que no con la cabeza (no, no decía nada es una forma de explicar) y también despacio hasta que la velocidad no la dejaba ver ni lo que tenía enfrente ni lo de los costados, solo luces. marta. cuando parabas me sonreías, y yo no sabía qué decirte. disculpame, ¿es un tic? estaría acostumbrada ella. también aplaudía a veces, pero esto sin violencia, solamente para felicitarse por terminar el show del tic ¡y qué tics!
con qué nombre te sentenciaron, flaca. marta te podrías haber llamado Raquel también
me gusta cuando te dormís con la toalla en la cabeza. tenés ese capricho de la toalla de color en el cuerpo y la blanca en la cabeza. marta usa la toalla como capa, no se la pone como vestido, haciendo ese nudito que siempre siempre se desenrosca, qué histéricas son marta… vos en cambio te secás rápido y te paseás por casa así, solamente con la toalla blanca.
marta ¿vas a volver?
marta ¿por qué no me acondicionás a mí?
te gusta ir acercando tus manos de a poco, ir pegando palma con palma, ir viendo cómo se pega la piel, ir cómo se hacen una esas tus manos tan simétricas. en cambio los dedos rechazándose, hasta que te duele y tenés que parar. le gusta decir mimbre y olerse después de bañarse. en esos momentos diferentes hace las dos cosas al mismo tiempo. cómo en el verano, ¿viste? todo en un mismo día…
marta escucha sus pasos cuando se va y escupe cuando la comida no le gusta o le falta sal. no es maleducada solamente no lo puede evitar. ah, además odia cuando hay canciones sin cantantes, la aburre a marta. es que no le gusta la música le gusta la letra. la mata a marta eso.
marta te acordás cuando ibamos a los museos solamente para que nos miren, piensen: como yo, les gusta musear. mentíamos marta. desconfiabas de todo aquel que tuviera blanco entre la parte de arriba del ojo y el párpado. ‘locos’, me decías. le gusta empezar los crucigramas poniendo las eses cada vez que dice pl.
y con los ataques…
ella de vez en cuando entraba a golpearse el pecho ¿cómo? con un puño a la vez empezaba despacio despacio uno dos uno dos uno pero después tomaba ritmo. quería filmarte con la webcam. se lastimaba. a veces tenías moretones. de fondo se escuchaba la música de fondo mal, se escuchaba mal. no por sintonizar, alguien subía el volumen y se salía de sus auriculares. ¿cómo se llamaba? ah, marta, marta. después decías que no con la cabeza (no, no decía nada es una forma de explicar) y también despacio hasta que la velocidad no la dejaba ver ni lo que tenía enfrente ni lo de los costados, solo luces. marta. cuando parabas me sonreías, y yo no sabía qué decirte. disculpame, ¿es un tic? estaría acostumbrada ella. también aplaudía a veces, pero esto sin violencia, solamente para felicitarse por terminar el show del tic ¡y qué tics!
con qué nombre te sentenciaron, flaca. marta te podrías haber llamado Raquel también
2 comentarios:
Me complico mucho con la primera de las oraciones.
Seré exagerado pero cuando la primera sentencia me deja inquieto, leo todo el resto a pura sospecha. Sospechando.
Ok. Precioso. Pero hay que ser menos cruel. Algunos no podemos evitar anotar las s cuando vemos pl. A veces, por funcionar así, metes un gol, o te dan un beso, en serio!
Tengo que visitar mas seguido este blog... está muy bueno.
-J
Es la tercera vez que reescribo este comentario, mejor sale lo que sale.
Perla blanca: Gente mira a marta, marta mira mirar a la gente en el museo, ente mira a marta mirar gente miradora en el museo, lectores miran a ente mirar a marta mirando gente en el museo que la miran a ella.
Perla negra: Se dice no diciendo, tanto se dice.
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